Las vidas de los primeros pioneros adventistas estuvieron llenas de penurias, tristezas y alegrías, al seguir la dirección de Dios, haciendo lo mejor que podían a fin de esparcir las nuevas del pronto regreso de Jesús para llevar a sus hijos a su mansión celestial. Los pioneros dejaron un legado duradero, por el hecho que “sus obras con ellos siguen”. Estas son sus historias.