George King deseaba predicar. Él sentía que había sido llamado por Dios para hacer esa obra… pero toda vez que enfrentaba a un grupo de personas, tartamudeaba, balbuceaba y se olvidaba de lo que iba a decir… Sin embargo se encontró la solución: iría de casa en asa, regalaría folletos y hablaría tranquilamente a la gente en sus hogares acerca del regreso del Señor. Este movimiento del colportaje, que comenzó hace mas de 130 años, hoy reúne a miles y miles de hombres y mujeres, jóvenes y señoritas, en todo el mundo, para esparcir el evangelio e introducir en las casas libros y revistas llenos de la verdad.