De día y de noche, se ven a las águilas que están bien arriba, en los peñascos. Están paradas en los picos de las montañas. Ni el viento, ni el frío, ni la nieve impedirán que ellas vigilen todo a su alrededor. David escribió acerca de ellas: "Dios me satisface, con todo lo mejor, y me rejuvenece como un águila"