Siendo hijo adolescente de un padre millonario y una madre en el negocio de los espectáculos, Doug Batchelor tenía todo lo que el dinero puede comprar; todo, menos la felicidad. El consumió drogas, tuvo peleas en la escuela y albergó fantasías suicidas. A pesar de que su padre era dueño de un yate, un jet privado y una línea aérea, Doug llegó a revolver tachos de basura en busca de comida. La felicidad que Doug deseaba se le escapaba, hasta que un día comenzó a leer una empolvada Biblia. Lo que sucedió después solamente se lo puede describir como un milagro.